Andrea Rojas

Concepto:

La obra se inscribe en la reflexión sobre los límites como espacios de tensión y posibilidad. El ñandutí —encaje tradicional paraguayo cuyo nombre significa “tela de araña”— articula de manera orgánica la paradoja del límite. El beso (ETÛ), como gesto universal, constituye un umbral simbólico entre cuerpos y subjetividades. Es al mismo tiempo contacto e intersticio: une sin borrar la diferencia, transgrede sin anular la autonomía del otro. Desde esta perspectiva, problematiza la noción de límite en cuatro dimensiones:
1. Corpórea: el límite de la piel como frontera que protege, pero que también se abre en el acto del beso.
2. Afectiva: la oscilación entre el deseo de proximidad y el temor a la vulnerabilidad.
3. Cultural: la regulación social del gesto —qué besos son permitidos, prohibidos— y las fronteras simbólicas que ello impone.
4. Material y técnica: la práctica del ñandutí, que establece límites a través de patrones circulares y radiales, al mismo tiempo que crea aperturas visuales que remiten al vacío, al aire, al espacio compartido.
Así, Beso (ETÛ) convierte el encaje en metáfora de la frontera: no como barrera infranqueable, sino como territorio relacional, donde el límite se redefine constantemente en el contacto con el otro.

Nací en Paraguay, viví en Buenos Aires y hoy resido en Madrid. Como artista visual, exploro técnicas diversas y experimento con hilos inspirados en el Ñandutí, fusionando tradición y contemporaneidad para crear piezas que transmiten emoción y nuevas perspectivas.