Claudia Gaviria

Concepto:

Una mirada desde el material, en esta ocasión el cabello como hilo que manifiesta pensamientos, decisiones, inquietudes, donde la aguja es uno de los medios de comunicación. 

Trabajar con el cabello desde el bordado, es una experiencia que transmuta un elemento vivo de un cuerpo que habita un universo único, de frente a los ojos no en la cabeza, ni en la peineta, tampoco en el suelo de la ducha, ni mucho menos en el salón de la peluquería. Cada puntada va acompañada de una bella sutileza, desde el momento de enhebrar la aguja, como si se tratara de un ritual, donde la mano ejerce una tensión precisa consciente, que es como una metáfora aplicada a la vida, donde todo requiere de un preciso y precioso equilibrio. Este material parte de la búsqueda de “quien soy” donde lo afro e indígena dialogan en armonía, despojado de prejuicios sociales y estructuras raciales.

«Trabajo en una peluquería hace más de 20 años y hace 11 años inició en este camino llamado arte, a mi me llegó el arte grande a mis 30 años aunque nací en casa de un artista egresado del IPC, no entendí el mensaje. Quería ser científica o escritora, siempre queriendo transformar la sociedad y que sea un poco más bella que cuando llegue, por allá un 26 de febrero de 1980 a las 5:45 am un martes, en la ciudad de Cali«.

“El hambre no espera, sin comida no se puede trabajar sin trabajo no se puede comer. En el proceso de creación, implicó lo económico una excusa para tocar el alma. El modo supervivencia desgasta, no deja energías para crear para desarrollar y solucionar nos quedamos en lo inmediato en la superficie y es allí donde le agradezco a la peluquería me ha permitido ser, me ha dado el tiempo y el dinero para dedicarme a mi gran pasión que es ser artista, es la estrategia que por estos 11 años he utilizado, todos sabemos que el apoyo para el arte es un gran dilema pero sigo creyendo en aportar a la transformación».